Hice algunos intentos que no funcionaron. Al graduarme trabajé en Unilever cinco años en el área de marketing, mi gran escuela, aprendí aquello que hace fuerte a una compañía.

Mi sueño corporativo terminó cuando comenzó el verdadero anhelo de mi vida, hacerme autónomo. ¿Qué es Vixi para mí? Vixi es ayuda porque comenzó como una manera de ayudarme a mí mismo; una manera de ayudar a mi familia, a mi ciudad, a mi estado, a mi país.

Cuando me surgió la idea de Vixi parecía un loco y, bueno, reconozco que si se me instaura una idea en la cabeza, hablo y hablo y hablo… no puedo parar. En un primer momento iba a vender artesanías al por mayor. Le conté mis intenciones a Moni, mi hermana, y le gustó la idea de invertir en el negocio.

Para mí, Vixi México es una puerta, una oportunidad para sacarle provecho a medios productivos, a los artesanos, a aquellas tecnologías que están perdidas y olvidadas pero que tienen mucho potencial.

Empecé siendo un proveedor en Vixi México y ahora dirijo el área creativa. Me encantan los proyectos nuevos. Para mí, lo más importante es revisar cuáles son los requisitos funcionales, estéticos y estratégicos. El diseño industrial es un equilibrio entre los tres.

El mayor reto para mí implica mediar entre la parte artesanal de Vixi México con la factibilidad comercial y que sea producible en tiempo y forma. En el área creativa nos gusta la vanguardia sin perder la tradición. Mezclamos los procesos digitales más modernos, —la impresión 3D, el modelado—, con otros procesos artesanales mexicanos. Es una mezcla única que nos hace únicos. Reunir lo mejor de los dos mundos; algo muy diferente a lo que hay ahí afuera.